La inflación anual en EE. UU. se mantuvo en 2.7% en julio, ignorando las previsiones de un aumento al 2.8% debido a los aranceles. Sin embargo, la inflación subyacente, excluyendo alimentos y energía, aumentó del 2.9% al 3.1%, superando las expectativas y alcanzando un máximo de seis meses.
El aumento en el IPC subyacente incrementa la probabilidad de un período más prolongado de altas tasas de la Fed, lo que reduce las expectativas sobre el ritmo de alivio, lo que podría ejercer presión sobre las acciones, criptomonedas y otros activos de riesgo.
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La inflación anual en EE. UU. se mantuvo en 2.7% en julio, ignorando las previsiones de un aumento al 2.8% debido a los aranceles. Sin embargo, la inflación subyacente, excluyendo alimentos y energía, aumentó del 2.9% al 3.1%, superando las expectativas y alcanzando un máximo de seis meses.
El aumento en el IPC subyacente incrementa la probabilidad de un período más prolongado de altas tasas de la Fed, lo que reduce las expectativas sobre el ritmo de alivio, lo que podría ejercer presión sobre las acciones, criptomonedas y otros activos de riesgo.