Los think tanks estadounidenses de ese momento tenían una clara comprensión del juego de poder entre China y Estados Unidos. Coincidían en que "el modelo de capitalismo estatal de China puede impulsar rápidamente el crecimiento económico, y con el tiempo, el PIB total de China inevitablemente superará al de Estados Unidos, y al ser reemplazada su posición económica, Estados Unidos podría perder parcialmente su estatus político". Sin embargo, los expertos de los think tanks estadounidenses creían que "aunque la primera mitad del siglo XXI es el siglo de China, China no está exenta de desventaja
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